martes, 8 de mayo de 2012

¿ADIÓS PERIODISMO?

Cuando me preguntan si lo mío fue vocacional la respuesta es sincera: no. Elegí estudiar Periodismo pocos meses antes de la fecha pautada porque de repente me di cuenta de que no quería ser empresaria como había pensado desde niña. Me gustaba mucho escribir, comunicar; valoré que era una profesión que representaba un servicio a la sociedad y todo ello bastó para tomar la decisión.

El primer año de carrera fue desalentador para muchos y de hecho fue cuando más compañeros abandonaron la facultad y cambiaron de orientación. “La objetividad no existe”, todavía retumban en mi cabeza las palabras de aquel profesor que nos dejó a todos callados al revelarnos semejante verdad, del todo objetiva por cierto. Creo que la mayoría de nosotros, adolescentes de 18 años, recibimos aquella frase como un jarro de agua fría. “Si la objetividad no existe, ¿entonces qué hacemos aquí? ¿Cuál es nuestra función?”. 

Luego vinieron las lecturas de Kapuściński, tuvimos otros profesores, nos relacionamos con la práctica periodística en los estudios de radio y televisión… Yo por mi parte me fui apasionando cada vez más por el Periodismo. Pasó el tiempo y entendí mejor lo que había querido decir aquel profesor. (Al fin y al cabo, si la objetividad existiera la profesión sería mucho más aburrida y todo eso).

Pero no es sólo del Periodismo en sí de lo que quiero hablar, ni de mi visión del mismo, sino sobre todo del temor que tengo respecto a la grave crisis que está sufriendo en España. Una preocupación como miembro de una sociedad en la cual va a repercutir muy negativamente –y ya está ocurriendo- un periodismo pobre, desnutrido de profesionales y con medios que cada vez tienen menos recursos como resultado, en buena parte, de la disminución en la inversión publicitaria.   

Las cifras hablan por sí solas: en los últimos tres años se han destruido 6.000 empleos en los medios de comunicación, según informaba esta semana el Observatorio de la Crisis de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), lo que supone una reducción del 15% en puestos de trabajo de la clase periodística. La crisis no sólo desbanca a personas, sino que decenas de medios enteros han desaparecido en los últimos tiempos: en prensa –la gratuita incluida-,  agencias de noticias, medios audiovisuales, etc. Ni siquiera se ha librado la revista Superpop, con treinta años de trayectoria y que yo leía cuando ni siquiera sabía que sería periodista.

Todo ello me lleva a la pregunta de hacia dónde va el Periodismo. Porque para poder contribuir con él a una sociedad mejor informada –bulimia informativa abstenerse- es necesaria la pluralidad de voces y de unas voces que trabajen en condiciones dignas. La crisis también está afectando a otros sectores, pero debemos ser conscientes de que hay campos más sensibles en cuanto a construcción de una sociedad sana se refiere y el Periodismo, tal y como aprendí a entenderlo, es uno de ellos. 

El Periodismo como plataforma, crítica con el poder, desde la cual ofrecer herramientas para que los ciudadanos dispongan de toda la información posible para ir más allá de sus opiniones sobre esa realidad que está allí afuera y que a menudo se nos escapa sencillamente porque somos sujetos que la analizamos desde nuestro punto de vista, olvidando que existen otros prismas. No podemos ser objetivos pero tenemos que ser imparciales y honestos. Ése es el gran valor de un periodista. Y tanto el Estado como el sector privado deberían tener especial cuidado al respecto, si es que la codicia y los intereses económicos no han erosionado todavía del todo la moral colectiva. 

El 3 de mayo fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una lucha todavía necesaria. Pero tal vez no nos estamos dando cuenta de que si la profesión sigue su caída en picado, en breve tendremos un Día Mundial de la Existencia del Periodismo. 

2 comentarios:

  1. La ficción te sigue esperando con los brazos abiertos!
    Buen viaje Verita, un beso,

    Edu

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  2. Lo tendré muy en cuenta! Gracias y hasta pronto, espero.
    Besos,
    Vera

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